En años recientes, los consumidores más jóvenes se han apoderado del interés y los esfuerzos de un gran número de marcas a nivel mundial. Para ellos han creado un sinfín de productos innovares: dispositivos electrónicos, aparatos para ejercitarse, ropa, accesorios, muebles y una larga lista de artículos.
Así, los millennials se consolidan como los dueños de la oferta comercial. Pero, ¿qué pasa con las necesidades de quienes somos de generaciones anteriores?, ¿debemos resignarnos a comprar cosas pensadas para alguien más?
En México, y otros lugares de Latinoamérica, es fundamental revertir dicha situación y enfocarnos nuevamente en aquellos consumidores que no pertenecen a este rango —si queremos destacar entre la competencia—. Las encuestas nos dan la razón: en nuestro país, ocho de cada 10 usuarios mayores de 35 años acceden a la web todos los días; es decir, ¡80% de los consumidores potenciales!
Centrarnos otra vez en este público objetivo es una gran ventana de oportunidad para las marcas (una ventana que, por fortuna, nunca se cerró). Las cifras a nuestro favor continúan: 83% de los internautas en México se conecta a diario; 88% accede a internet desde dos dispositivos de forma simultánea y, lo más importante, nueve de cada 10 usan la web para resolver necesidades e inquietudes.
Tenemos frente a nosotros una oportunidad única de evolucionar, diversificarnos y mejorar.
Pensemos en estos consumidores mayores de 35 años: tienen mayor poder adquisitivo, independencia financiera, capacidad de decisión y acceso a la tecnología (siempre están conectados). Demandan soluciones concretas, rápidas y útiles. ¿Queremos seguir enfocados sólo en los millennials?
La respuesta es no; al contrario, debemos entender que la brecha tecnológica se reduce cada vez más y que estamos ante la posibilidad de interactuar y fidelizar clientes de todas las edades. Ahora, más que antes, debemos entender las necesidades de nuestro público objetivo, satisfacerlas, estar presentes y ser útiles. ¡La oportunidad es nuestra!